El instrumento de Waters es el bajo, instrumento al que habitualmente se atribuye un papel secundario pero que, en el caso de Pink Floyd, fue primordial, más allá de que Waters hubiese firmado gran parte de la producción de la banda. Ese protagonismo asumido por Roger Waters fue minando poco a poco el buen ambiente del grupo, especialmente después de la publicación de la primera versión de “El muro” y el posterior “The final cut”, firmadas ambas enteramente por el bajista de la banda.
No pasaron ni dos años y Waters dejó Pink Floyd, al tiempo que inició un proceso judicial para impedir a sus ex compañeros utilizar el mítico nombre del grupo. Finalmente, Gilmour mantuvo la marca Pink Floyd, en tanto que Waters hubo de conformarse con los derechos sobre “The Wall”. Pero Waters supo sacar partido de ello, porque en 1990, meses después de la caída del Muro de Berlín, reunió en torno a su obra, en la plaza de Postdam, a algunos de los mejores músicos y grupos del momento, con “The wall” como tema central. Aquel concierto sirvió para resucitar a Waters que organizó giras, aunque ya sin las masas que convocaba Pink Floyd. Extravagante como pocos, Waters se exilió en los Estados Unidos tras fracasar en 2002 su campaña en contra de la prohibición de la caza del zorro. Fue entonces cuando se volcó en su viejo proyecto: componer una ópera Ça ira que vio la luz en septiembre de 2005.
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