El ingreso de la atención médica mediante videoconferencia ha significado un desafío para los especialistas en cirugía plástica. Sin embargo, al convertirse en una práctica inédita, todavía presenta algunas desventajas.
La pandemia ha traído consigo una serie de modificaciones en la vida de las personas tanto conductuales, como formales. Una de ellas ha sido la aparición y uso de plataformas de videollamadas para consultas médicas, que han abierto nuevas posibilidades de chequearse con un profesional.
Con esto surge la pregunta,
¿Cuál ha sido la influencia hasta ahora de este tipo de atención dentro del área de la cirugía plástica?
El 26 de marzo de 2020, el Ministerio de Salud decidió suspender todas las cirugías electivas que no representaran un riesgo para el paciente. Esto obligó a postergar las atenciones médicas -las que fueron reanudadas posteriormente el 29 de abril- y buscar nuevas alternativas que ayudaran a aquellos pacientes que necesitaran intervención.
Los avances tecnológicos relacionados a la comunicación interpersonal y la entrada de plataformas como Zoom o Meet, por ejemplo, han permitido que justamente se amplíen las posibilidades de atenderse con cualquier profesional del área médica de manera remota, independiente de las ubicaciones de cada uno.
Esto entrega la oportunidad de analizar las opciones de tratamiento dentro de un gran abanico de médicos cirujanos certificados, y también, la capacidad de buscar de manera rápida y sencilla una segunda opinión si así se quisiera.
Al implementar opciones de telemedicina para los pacientes, los costos de viaje se pueden llegar a reducir en gran medida. Los viajes para las consultas iniciales antes de la cirugía y sus costos asociados pueden eliminarse mediante opciones de videoconferencia. Esto termina siendo útil para aquellas personas que viven muy alejadas del centro de la ciudad y que de pasar a un viaje que podría durar horas, están a un solo click de distancia.
Desventajas de la telemedicina
Si bien el ingreso de este formato de atención es beneficioso para los pacientes con fácil acceso a internet y las distintas tecnologías relacionadas a las videollamadas, al ser una práctica nueva tiene algunos puntos en contra del cual hay que tener precaución.
En cuanto a esto, el presidente de la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica (SCCP), el doctor Claudio Thomas, señala que debe existir un mayor cuidado a la hora de elegir el especialista ya que “al haber mucha oferta por internet de centros privados estéticos, la gente puede confundirse y optar por atenderse con personas que no son especialistas en el área de la cirugía plástica. No solo eso, sino que por desconocimiento se pueden topar con enfermeros, técnicos en enfermería o incluso alguien sin conocimiento alguno de la medicina que busca aprovecharse de la situación”.
A esto, el timonel de la SCCP aclaró que los pacientes “deben asegurarse de que el especialista está certificado como cirujano plástico y tener especial cuidado con aquellos que puedan llamarse cirujanos estéticos, ya que la especialidad de ‘Cirugía Estética’ como tal, no existe”.
Es importante tener en consideración que la interacción en persona entre el especialista y el paciente es irremplazable debido a que da la posibilidad de entregar diagnósticos más certeros. No solo eso, sino que también entrega mayor privacidad al paciente en comparación al uso de un aparato tecnológico como intermediario.
ACERCA DE LA SOCIEDAD CHILENA DE CIRUGÍA PLÁSTICA
La Sociedad Chilena de Cirugía Plástica Reconstructiva y Estética (SCCP) es una institución médica, sin fines de lucro, que vela por la calidad de la formación, certificación y práctica clínica de los cirujanos plásticos en Chile.
Creada en 1941, se conforma por 154 cirujanos plásticos certificados,distribuidos en todo el país. Pertenece a las Asociación de sociedades científicas médicas de Chile y es la representante oficial de nuestro País ante las más importantes sociedades científicas de la especialidad a nivel internacional.