Carismático fiel a su estilo y muy atento al momentum que atraviesa la carrera presidencial se muestra Pepe Auth a sólo unos meses de dejar su sillón en la Cámara Baja. El sociólogo, veterinario y hoy analista electoral estuvo este miércoles en “Punto de Encuentro” para analizar no sólo la pelea a La Moneda sino el cambio generacional –forzado o no- en la política nacional que llega para remecer la vieja guardia que va desapareciendo paulatinamente del radar.
Sin pretender descubrir la rueda, el aún diputado por el Distrito 8 reconoce que “sin duda estamos viviendo un fin de ciclo. Y cuando termina un ciclo de la historia democrática de Chile y todavía no comienza el siguiente ciclo, obviamente que hay crujidera e incertidumbre. Pero yo soy optimista. Al final las cosas siempre vuelven a su centro” dice. Y reconoce que gran parte de esa crujidera son los huesos ya tullidos de la ex Concertación, ergo Nueva Mayoría, ergo Convergencia Progresista, ergo Nuevo Pacto Social, que ni llegó a tiempo para adaptarse al Chile millenial, ni supo defender ante el progresismo negacionista lo logrado por el país en los últimos 30 años bajo de conducción de quienes aún enarbolan la bandera de la victoria sobre la Dictadura.
“A la Concertación le faltó reinventarse a tiempo. Asumir la profundidad de los cambios que ella misma había generado” dice Pepe Auth. “Piensa tú que nosotros fuimos derrotados ofreciendo un retorno al pasado. Nosotros fuimos derrotados ofreciendo, frente a Piñera, a Eduardo Frei Ruiz-Tagle, que había sido Presidente dos períodos atrás. No supimos hacer una oferta de futuro. Y el futuro no se enfrenta con una oferta de pasado. Yo creo que ahí murió la Concertación como oferta” sentencia. Y agrega que “luego terminó de suicidarse, a mi juicio, porque negó su obra. Porque si se acompleja de su pasado, no sabe aquilatar bien lo que hizo y no puede ofrecer futuro. Yo creo que eso terminó de sacar del cuadro a una centroizquierda que perdió el orgullo y está arrastrada por el Partido Comunista y los nuevos actores. Desde esa posición tú no puedes defender un proyecto de futuro con vigor. ¿Quién te va a creer?”
Por lo mismo, se la juega adelantando un sombrío panorama para la aventura presidencial de su candidata, Yasna Provoste, por un error –en este caso- forzado. “Sinceramente, ‘It’s too late, Baby. It’s too late’. La expectativa de Yasna Provoste era meterse entre Kast y Sichel, pero el derrumbe de Sichel; y, en eso debe estar arrepentida ella misma de haber salido con el cuchillo entre los dientes a matarlo en ese debate increíble, ¡porque se derrumbó Sichel!” enfatiza. Y agrega que la idea era hacerle mella al candidato de centroderecha, no fulminarlo. “Pero el derrumbe de Sichel provoca un desplazamiento masivo de su adhesión hacia Kast. En consecuencia, Kast resulta inalcanzable y su única esperanza era que se derrumbara Gabriel Boric. Pero Gabriel Boric tiene la fortaleza y, creo yo, ganó su presencia en la segunda vuelta al momento de la inscripción. Porque todo indicaba que Gabriel iba a tener competencia a su izquierda y eso se desmoronó. También había riesgo de que hubiera dos listas parlamentarias, lo que hubiera sido muy complejo. Pero él llegó con esas dos cosas resueltas” plantea.
Por eso utiliza una parábola digestiva para explicar que a la sempiterna crisis vocacional de la derecha se le sumó una ambivalencia poco pragmática del candidato ex DC. “Como dicen en el campo, Sichel quiso chicha y chancho. Sichel tuvo la duda al comienzo de levantar una candidatura independiente de centro o meterse en la primaria de derecha. Y él decidió meterse en la primaria de derecha. La ganó, pero quiso seguir siendo una candidatura independiente de centro. Cuando uno toma chicha y come chancho le da diarrea. Al final no fue ni lo uno ni lo otro” ironiza el diputado.
Y se atreve a vaticinar: “la segunda vuelta va a ser de infarto. Y Gabriel Boric va a ganar sólo si logra reducir el vértigo, si logra articular la voluntad de cambio que tienen los chilenos con la necesidad de certidumbre, seguridad, respuesta al orden, al descontrol migratorio, a la violencia. Si no lo logra vamos a tener a Kast de Presidente. Y eso también es otro tipo de inestabilidad”.
El ex PPD también llama a la tranquilidad respecto del texto que emane de la Convención Constitucional, uno de los que más incertidumbre genera. “Yo no creo que la Convención produzca un texto constitucional radical. Reemplazar una Constitución de derecha por una Constitución de izquierda…. no veo ninguna posibilidad de que eso ocurra. Dos tercios va a haber para cosas razonables en términos de derechos sociales, reformas políticas, etcétera. La pregunta, respecto de la estabilidad, es que es evidente que mantener el status quo hoy no genera estabilidad. Estamos en una situación inestable e incierta. Y, por lo tanto, para pasar a un nivel de estabilidad superior necesitamos cambios relevantes” dice.
No obstante, reconoce que Chile sí corre riesgos si es que sus dirigentes no saben responder correctamente a la desconfianza de la ciudadanía. “Nuestra crisis principal es la crisis de legitimidad de las instituciones políticas, porque cuando desaparecen los partidos finalmente termina desapareciendo la democracia. Después de la desaparición de los partidos vino Chávez en Venezuela y luego el autoritarismo actual. Lo mismo en Nicaragua. Y el sistema político, normalmente, se destruye por corrupción y fragmentación. Nosotros estamos en este minuto en un momento de reestructuración de la política chilena”. Por lo mismo, aventura que Boric es consciente de que si quiere dar gobernabilidad tendrá que llegar a acuerdos. “El mérito que tiene Gabriel Boric, a quien yo tengo la oportunidad de conocer, es que es el más consciente de la necesidad de entroncar con el pasado y de no sentirse diciendo ‘aquí venimos nosotros a construir Chile de nuevo’. Si hay alguien consciente de que Chile debe tener una continuidad y de que lo que ellos hacen es sobre los hombros de sus predecesores, es él” concluyó.
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