Su amor por las plantas la llevó a estudiar para ser Técnico Forestal, primero y a cuidar y «juntar» varias en su casa y jardín. Llegaron a ser tantas que el SAG le hizo una visita domiciliaria y le «sugirió» que, como tenía tantas plantas y había que realizar fiscalizaciones, lo mejor sería que cree un vivero. Y así comenzó.
Es la historia de Paola Ramírez, del vivero Rawe Newen, dedicado hoy no solo a la venta de plantas frutales y ornamentales, sino también a ofrecer diversos servicios de jardinería a sus clientes.
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