La Aurora de Chile fue el primer periódico chileno, y para su impresión fue necesario traer una imprenta. El 11 de noviembre de 1810 se hace una petición a la junta de Buenos Aires de tan preciada tecnología, argumentando la necesidad de circulación de información de los diversos acontecimientos, y de dar un espacio a “papeles y plumas que podrían ilustrar a la patria”. “Un pueblo sin mayores luces, y sin arbitrios de imponerse en las razones de orden, puede seducirlo el que tenga más verbosidad y arrojo«, se había señalado ya en 1810, en el plan de gobierno de Juan Egaña.
Tras realizar la solicitud, el gobierno trasandino hizo el encargo a su representante diplomático en Londres, Mariano Moreno, quien fallece inesperadamente un año más tarde, truncando el proceso. Finalmente fue el comerciante Mateo Arnoldo Hoevel quien decide importar una imprenta, la que arribó a Chile desde Nueva York el 21 de noviembre de 1811, junto con tres tipógrafos. La venta de la imprenta al gobierno fue concretada en 8.000 pesos.
El 16 de enero de 1812 un decreto del gobierno de José Miguel Carrera nombraba como redactor a fray Camilo Henríquez, quien destacaba entre sus contemporáneos por sus vastos conocimientos en historia y humanidades.
Se cree que el 12 de febrero de 1811 – día en el cual se celebra la fundación de Santiago, la batalla de Chacabuco y la declaración de la Independencia– apareció el prospecto de la Aurora de Chile, el cual era un periódico de dos hojas de tamaño folio, con cuatro carillas escritas a dos columnas.
La Aurora de Chile se publicó semanalmente durante más de un año, y en cada uno de sus cincuenta y ocho números, dos ejemplares extraordinarios y dos suplementos de medio pliego, expuso apasionadamente un franco pensamiento independentista. A través de artículos sobre los más variados temas de la actualidad nacional -tales como la hacienda pública, industria, comercio, la policía, la «civilización de indígenas», la instrucción pública o el derecho constitucional- sus redactores buscaron con afán impulsar el progreso de Chile en todos los ámbitos de interés nacional.
En su trayectoria sufrió dos actos de censura, y el 1 de abril de 1813 circuló el último ejemplar. Pese a tener acérrimos detractores, el periódico perseveró en la difusión de sus ideales y llegó a convertirse en un símbolo del proceso de la Independencia del país. Junto con ello, inició la era del periodismo chileno, transformando a su primer director, fray Camilo Henríquez, en el padre del periodismo nacional.
Fuentes: memoriachilena.cl, auroradechile.cl y bibliotecanacional.gob.cl