La hoy rockera y ex estrella de Disney Miley Cyrus ha sido siempre blanco de críticas por sus comportamientos excéntricos y polémicas en sus relaciones personales. La fama y popularidad que alcanzó hace 10 años conllevó a un fanatismo masivo que, lamentablemente, en ocasiones llevan a la locura. Es así como en 2012, a sus 19 años, la cantante ya había sufrido un altercado con un intruso de 40 años cuando fue detenido intentando allanar su casa con unas tijeras en su poder, diciéndole a la policía que había estado casado con ella en secreto por años y que se hacía llamar Jason Rivera.
11 años más tarde, temerosa por su seguridad y la de su entorno tras las recientes acciones de hostigamiento de otro sujeto contra ella, Cyrus se presentó ante los tribunales esta semana y recibió una orden judicial de protección contra Alexander Kardalian, un hombre de 52 años que dice estar obsesionado con la cantante.
La gota que derramó el vaso ocurrió el pasado agosto. Los documentos legales obtenidos por el sitio de celebridades norteamericano TMZ señalan que, en su denuncia legal, la artista afirmó que Kardalian llegó a su residencia en Los Ángeles tan solo unos días después de salir de la cárcel durante el mes pasado, siendo esta la tercera vez en total que se presenta. Además, alegó que el sujeto le ha estado enviandocartas no deseadas desde 2018.
En ellas, le expresa a detalle sus obsesiones con ella, le hace comentarios explícitamente sexuales y le solicita dinero en numerosas ocasiones. Desde entonces, según la intérprete, el comportamiento obsesivo de Kardalian se intensificó en el verano de 2022, cuando supuestamente se presentó en su casa en dos ocasiones distintas y fue echado en ambas.
Kardalian, según la cantante, ha estado utilizando la dirección de su domicilio para su seguro médico y amenaza con que si no se comunica de vuelta con él, “no le importa si vive”.
La intérprete de ‘We Can’t Stop’ declaró en su demanda que su presunto acosador sufre “graves problemas de salud mental” y que es una persona que tiene una “peligrosa fijación y/u obsesión” por su vida, por lo que su comportamiento amenaza su propia seguridad, la de su madre Tish y la de su novio, el músico Maxx Morando.
Ante esto, un juez aprobó y concedió a Miley una orden de alejamiento temporal contra el sujeto, que tiene prohibido permanecer a más de 100 metros de distancia de la cantante, así como de su casa, auto y cualquier local en el que ella actúe.